domingo, 2 de enero de 2011

DULCE SUEÑO




DULCE SUEÑO


Su voz debe ser dulce y persuasiva, soñadora y triste su mirada, el frente pensativo por un halo de ensueños circundado. Su alma genial, con un pálido cautivar de un astro esplendoroso, desterrado. Sueña como una nube fugitiva y con el traje de un hada de gentil ilusión. Cuando la ronda azul de los delirios disipa sus nostálgicos martirios, borrando el pesar la obscura huella, él se acuerda en la noche silenciosa, de aquella virgencita misteriosa que dejó abandonada en una estrella.