Y llegará el invierno
Y el alba llega después de la noche,
se abre despacio entre la niebla
del insomnio en penumbra.
Los grandes brazos del amanecer
despiertan poco a poco
los pétalos de la rosa
bañados por el llanto del rocío.
Y hoy si oigo el cantar de los pájaros
reclamando agua para beber,
y la respuesta de la encina
agitando sus ramas al viento,
y ese clamor escondido
en la entrañas de la tierra
que grietea su piel sedienta…
No dieron hora para sepelios,
por eso las nubes, nerviosas,
viajan con sus úteros llenos
buscando el momento de abrirse
y así poder romper en llanto.
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