jueves, 29 de marzo de 2012

Dormid, dormid



Dormid, dormid

Con los pies descalzos, van las tímidas manos,
parecen que tuviesen miedo,
que hasta el sueño rezuma caridad
y hace un pacto con el desvelo
besando a la luna para que les cante una nana;

“Dormid con apacible descanso,
humildes damas arredradas
Que yo velaré vuestro sueño,
Para que el día no vuelva con engaños,
Y ciegue con su luz a la esperanza.

Duerme, duerme con sueño la penuria…
Dormid, dormid con el consuelo, vosotras
Que yo haré en vuestra compañía
La placidez secuaz eterna.”

¡No!, Esa ortiga blanca sonríe descarada…
La mala hierba no quiebra el quebranto
y despierta de sobresalto la impía traición;

“Duerme, duerme con sueño la penuria…
Dormid, dormid con el consuelo, vosotras
Que yo haré en vuestra compañía
La placidez secuaz eterna.”

El padre de este cielo no quiere ser apóstol,
ni pelegrino de sus huellas.
El Padre de este cielo reclama los dones
de su caudal prestados a la tierra,
Y reniega del padrenuestro en las voces
que hacen de la alborada, lisonja
en los oídos que escuchan sus mentiras…
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