MI MUSA
Tú has despertado en mi noble anhelo.
Contemplar el corazón del amplio mundo.
Tu mano me dio fuerza y confianza,
para pasar seguro por todas las tormentas.
Con misteriosos presagios has criado a tu hija.
La has llevado por fabulosos prados.
Modelo de mujer, de dulces pensamientos.
Su corazón moviste para el supremo salto.
¿Qué es lo que me encadena al peso de este mundo?
¿No son eternamente tuyos, mi corazón y mi vida?
¿No me protege tu amor en esta tierra?
Por ti puedo consagrarme al noble arte,
pues tú, amada, quieres ser mi Musa.
El silencioso genio que protege mi canto.
En mil formas cambiantes nos saluda
la misteriosa fuerza del canto en esta tierra.
Allí es la paz eterna que bendice el mundo.
Aquí, la juventud cuya agua nos inunda.
Ella es la que derrama la luz en nuestros ojos.
La que nos ha dado el sentido de las artes.
El corazón alegre y el corazón cansado,
saborean el milagro de una santa ebriedad.
En sus senos repletos me amamanto mi vida,
por ella soy ahora lo que soy.
Puedo levantar alegre, la mirada.
Mí sentido más alto dormía todavía,
pero lo veo acercarse volando como un ángel.
Desperté, volando y con ella me llevó.