miércoles, 26 de agosto de 2009

Mi corazón con "Amy"



Alineación al centroMi corazón con "Amy"

Mi apoyo incondicional a "Amy" en estos momentos tan duros y difíciles que le han tocado vivir a ella y su familia, mi corazón en la distancia está con ellos….

Las palabras sobran amiga "Amy", solo un silencio solidario lleno del más inmenso cariño que mi corazón puede expresar…, “Quiero ser golondrina y volar por el tiempo y la distancia y poder abrazarte. Un fuerte abrazo que cobije tu dolor y el de los tuyos y poder con el hacerlo mío, para compartirlo y hacerlo más balsámico, volatizarlo hasta el cielo, donde la estrella que alma fue en la tierra acompañando tus días, brille desde ahora y para siempre para ti como un regalo de luz que ilumine tu caminar y de todos los que amo y lo amaron en su recorrido por la vida……

…. “Que su descanso sea de eterna Paz”….

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lunes, 24 de agosto de 2009

UN DIA EN LA PLAYA


Un día en la playa

Subimos en el coche nada más iniciarse el amanecer. La mañana era cálida, así que llevábamos agua abundante y varias toallas grandes. Nos dirigimos hacia una playa apartada que estaba a unos kilómetros de distancia. Era un lugar paradisíaco, con tramos de suave arena y otros de fina piedrecilla. Se encontraba rodeada de pequeñas montañas que la abrazaban formando una pequeña bahía.

Durante el viaje Toñi hablaba a mi lado de cosas intranscendentes y los demás pasajeros permanecían algo nerviosos. Quizá les excitaba esta excursión diurna que habíamos organizado para ver la playa a sus orillas, y poder contemplar el sol junto al mar.

Cuando por fin despertaba el día nos adentramos por la carretera, y al poco llegamos a nuestro destino. Aparcamos el autobús y no vimos ningún otro vehículo, tal como yo pensaba. Salimos a abrir la portezuela trasera. Toñi y Carmen saltaron inquietas y juguetonas dando breves y rápidas carreras por la arena. Algo les alteraba más de lo normal.

Dejamos las toallas y nuestras cosas a unos diez metros del agua. La luz del sol ya era completa. Nos desnudamos y nos dirigimos hacia la orilla. Mojamos nuestros pies y nos reímos por la sobrecogedora sensación que produce el mar cuando es azul, igual que el cielo. Sólo se escuchaba el ruido muy suave de las olas en un espacio que parecía infinito. En el cielo casi sin nubes comenzaba el sol a brillar intensamente.

Cogidas de la mano nos decidimos a avanzar hasta que la líquida claridad nos llegó a la cintura. Toñi jugando me salpicó, echándome el agua con sus manos, y yo la salpiqué también a ella. Las aguas estaban serenas como la superficie de un lago. La brisa dormía al igual que las olas, y sólo ligeras ondas daban vida al azul y misterioso mar. El Mediterráneo es una verdadera delicia en los tranquilos días de verano. Por fin sumergimos nuestros cuerpos y nadamos, aunque yo propuse que no nos alejáramos mucho de donde podíamos hacer pie. Carmen desde la arena nos contemplaba sin atreverse a entrar. La llamamos y tímidamente intento llegar hasta nosotros, pero pronto giro y dio media vuelta hacia la orilla.

- No me gusta nadar en aguas tan solitarias- comentó Carmen.

-A mí también me da un poco de miedo - reconocí en voz alta.

- A mí en cambio me encanta - respondió alegre mi amiga. No había ningún temor en ella, sólo gozo.

Íbamos cerca una de otra avanzando a braza. Nadamos lentamente entre las azules y calmadas aguas, como si estuviéramos en el líquido amniótico primordial. De repente un resplandor surgió frente a nosotros en la línea del horizonte marino.

- ¡Mira! - exclamé- -¡Mira Toñi!-

Ella se acercó y contemplamos muy juntas, un huevo anaranjado y achatado que emergía en la distancia. Era el sol, totalmente lleno de vida, que parecía nacer en el infinito cielo y misterioso horizonte donde confluía el cielo y el mar. Se elevaba lentamente. Parecía de verdad enorme. Luego, cuando surgió del todo, cambió su forma achatada por su habitual contorno circular, y poco a poco se fue volviendo más amarillo. Lo observamos, admirando su belleza, mientras comenzaba a relucir sobre las aguas, y la franja de resplandor brillante recorría la superficie marina hasta llegar a nosotras.

El hechizo del mar nos envolvía. Había silencio, luz del sol y la música suave y profunda de las olas acariciando la orilla. Salimos y nos echamos en las toallas entre las risas de Carmen, que nos saludaba contenta por nuestro regreso. Pronto Carmen se alejo, jugando con alegres carreras paralelas al agua.

Toñi y yo nos envolvimos con las toallas, y contemplamos, echadas sobre la arena, el bello cielo azul.

- ¿No es hermoso el misterio profundo del mar? - me preguntó con su suave voz. - El amor y las estrellas, el sol y la luna del firmamento están estrechamente relacionados. Cada uno de esos puntitos luminosos representa el alma de alguien que es feliz.- me dijo como si fuera una niña.

- El día es hermoso - le respondí- pero hoy es mucho más hermoso porque estamos juntas las dos amiga. - le dije sinceramente.

- Hoy será un día especialmente hermoso.- me aseguró.

Carmen regreso de su carrera y se echo a nuestro lado, en medio de las dos.

Mirábamos el cielo y las nubes en silencio. Había algunas nubes. El día era muy claro y el sol ya se alzaba en el horizonte. El aire era cálido y el rumor del mar suave.

- Toñi -le pregunté- ¿cómo es para ti Dios? Si es que crees que hay algo o alguien que se pueda definir con esa palabra.

- La Fuerza de la que procede todo el Universo es algo muy distinto a lo que se entiende habitualmente.-me dijo con una voz muy bajita, que yo podía oír porque estábamos muy cerca. Luego continuó.- Es como una energía sin fin que lo penetra todo pero que el ser humano no puede percibir. ¿Te acuerdas lo que te mencioné sobre los instintos y el ego personal? Pues cuando se desarrollan mal son una barrera infranqueable que impide acceder al misterio de la vida. Hace mucho tiempo la humanidad tuvo entendimiento de lo que es la fuerza que se denomina Dios, pero ese conocimiento se perdió y surgieron las religiones que existen hoy en día en el mundo.

- ¿Quieres decir que ninguna de nuestras religiones actuales está acertada en el concepto de Dios?- le pregunté con una cierta sorpresa, aunque la verdad no demasiada.

- Ninguna.-me dijo con voz suave y profunda. (Toñi se refería a las religiones institucionalizadas)

- ¿Y qué época fue esa, donde sí se comprendía a la divinidad?-indagué con curiosidad.

- Una época muy remota, en el alba de las civilizaciones. Luego los seres humanos fueron desarrollando paulatinamente su ego personal en una trayectoria equivocada y la percepción de lo que es Dios se fue perdiendo. Las religiones se transformaron hasta convertirse en religiones despóticas y tiranas, basadas en simples conceptos mentales, y fueron utilizadas como herramientas para controlar a los pueblos. Pretendían transformar a las personas en seres sumisos, especialmente a nosotras las mujeres.

Toñi hablaba mientras el cielo azulado nos cubría con su manto de lejana luz.

- ¿Y cuál era el concepto que se tenía de Dios en esa época primera? ¿Era el mismo que tienes tú ahora? -le pregunté interesada.

- Pues era muy parecido. Al menos mucho más similar que las ideas que han regido la civilización que tú conoces durante los últimos miles de años.

- ¿Crees que podré entenderlo? Explícamelo por favor. - le insistí impaciente.

- En un principio tienes que descartar la idea de un Dios personal y en segundo lugar tampoco concebirlo como un Padre.- me aseguró.

- ¿Y entonces como se puede concebir? ¿Quizá como una energía abstracta, impersonal y sin propósito definido?

- No precisamente. La misma palabra "Dios" ya está equivocada, y si quisiéramos emplearla deberíamos cambiarle el sexo o al menos hacerla plural.- afirmó con seguridad- Además, aunque es una energía abstracta e impersonal sí tiene un propósito. Y por último esa Energía que es infinita y sin forma puede tomar forma y volverse personal durante un tiempo.

- ¿Que quieres decir?- le pregunté desconcertada.- Tendrás que explicarme más detalladamente todo lo que has dicho, pues es demasiado etéreo. Energía impersonal, abstracta, sin forma, infinita... pero al mismo tiempo dices que tiene un propósito, que a veces puede tener forma y volverse personal. No entiendo nada.

- No tengas prisa por entender nada, Sensi, pues ni tu mente ni tu ego personal están quizás aún preparados. Tendrás que pasar primero unas cuantas pruebas y por eso estoy yo aquí contigo.-me dijo de forma cariñosa.

A veces mi enigmática amiga asustaba un poco. No sabía realmente quien era ella, ese ser que tenía a mi lado y que desde hacía varios años yo tanto la conocía y al mismo tiempo quería. ¿Era todo una locura o tal vez un sueño? ¿Me despertaría un día, y ya no estaría Toñi junto a mí? Quería creer que no, que siempre permaneceríamos juntas. Como este día, como tantos días y tantas noches, con su amistad, tomada de los hombros, recorriendo caminos y sendas por la hermosa naturaleza, escuchando su risa y sus dulces palabras. Deseaba que esto durara siempre y temía que alguna vez se desvaneciera, como sucede con la bruma que hace mágicos los árboles del bosque y que cuando se levanta todo se vuelve vulgar y ordinario, sin la belleza del misterio.

SENSI

lunes, 3 de agosto de 2009



Bajo la lluvia


Había pasado casi toda la mañana, en gran almacén. Cuando me disponía a abandonarlo, llovía a cántaros. Aquella clase de lluvia que, cuando cae tan fuerte, no logras distinguir la distancia entre una gota y otra... ni siquiera las ves golpear el suelo...

Todos nos quedamos frente a la puerta, resguardados de la lluvia. Esperábamos con paciencia unos y otros irritados porque la naturaleza les estaba estropeando la prisa rutinaria.

Siempre me ha encantado la lluvia, me pierdo ante la vista de los cielos, lavando la suciedad y el polvo de este mundo. Al mismo tiempo, los recuerdos de mi infancia, corriendo bajo la lluvia, son bienvenidos como a forma de aliviar todas mis preocupaciones.

Bajo la lluvia nacían en mí os sentimientos que hacía tiempo no sentía. ¡Cómo resbalaba el agua por mi espalda! ¡Cómo mojaba mi falda, y ponía en mis mejillas su frescura de nieve! Llovía, e iba, senda adelante, con el alma ligera y la cara radiante, sin sentir, sin soñar, llena de la voluptuosidad de no pensar. Un Pájaro se bañaba en una charca turbia, mi presencia le extrañaba, se detuvo... me miro... nos sentimos amigos... ¡Los dos amamos muchos cielos, campos y trigos! Después es el asombro del labriego que pasa con su azada al hombro y la lluvia me cubre de todas las fragancias de los setos de octubre. Y sobre mi cuerpo, por toda esa agua empapada, maravilloso y estupendo tocada de gotas cristalinas, de flores deshojadas que vuelcan a mi paso las plantas asombradas. Y siento, en la vacuidad del cerebro sin sueño, la voluptuosidad del placer infinito, dulce y desconocido, de minuto de olvido. Llueve, y tengo en el alma y la carne, como frescor de nieve. Entre en trance hipnótico con soñando bajo la lluvia. La espera del temblor, en la cúspide del milagro, cerraba mi boca los peros y halagaban mi rostro y las lágrimas. Enardecida como el mismo infierno, la suave rosa se quemaba, corrían ríos por mis venas, brotaban llagas de mis manos. El metal atravesaba el cierzo, el denso muro se derrumbaba, tornándose negros los días ante lo turbio de la mirada. Perdían solidez mis pilares, los ríos se desbordaban: del mundo caía el imperio, del sueño, nacía la mañana. Agotado por el austero desprendimiento, aún emergían imágenes pasadas, aquella mirada de niña triste se perdía en la espesura de la ensañada locura, del delirio tenebroso, de las palabras sin rumbo, de la libertad no consciente, de la ensangrentada.

Bajo la lluvia de ofensas me crié paso a paso, con la cabeza aturdida entre la tormenta de la cordura y la exclusión de la locura: los cuerdos parecían instintivos, los dementes racionales, el sentido era misterio, la verdad a joven que gemía penetrada, empapada por el miembro de ambición desmesurada.

Olvide en el tiempo, que vivía en el momento oportuno, pero los ríos desbordaban el cuerpo como el límite del mundo. Inesperada reacción del hipócrita testigo, que planta diques al borde de la marea que escupía su cara emanando de la llaga.

¡No me dejes sola!, gritaba la hondura vacía, mientras los ojos no percataban su presencia, perdidos en la inmensidad de mi mente, en el paraíso perdido de una pasividad inducida, que eclipsaba mi vista y a la habitación empequeñecía: ante la pérdida de la razón te pierdes y encuentras tu valentía.

El día ha llegado, la liberación del esclavo, desmesura de la niña aturdida por las constantes reprensiones.

Vivía de nuevo la muerte, moría una vez más la vida, era el sueño bajo la lluvia de estrellas, era el grito de una libertad des conceptualizada; la ternura de un nuevo día emergía sobre sus llagas, la demencia era la chica con la que tanto soñaba.