Sonrisa
Vives
en mí, te abres cual rosa
en
esencia esparces tu perfume.
Hoy
un recuerdo es tu ausencia,
podrías
ser mi mañana de sol
entre
la música de mis flores
si
no te hubieras olvidado de ser
como
mi ser, en mi vida eras.
Vuelve
aunque sea de golondrina,
de
primavera en su estación.
Regálame
con tu pico esa rama,
que
el laurel no se seca en los inviernos,
y tu
secaste tu vergel de mi rostro
llevándote
el gesto con mi alegría…,
impía
la circunstancia que se impone.
Haría
de tu alma la luz de mis días,
si
con ello, al contemplar la experiencia,
que
fue mi emergente canto de pasión,
a
este cuerpo, en su sutil fragilidad,
los
encajes y perfumes que lo engalanaron,
volvieran
a ser mariposas de colores
adornando
el fecundo y verde prado.
Ahora
el frío congela los arroyos
bajando
escarpados y secos del monte.
Antes
fueron mis afluentes más generosos,
alimentando
con sus intrépidas aguas
mi
suculentas arterias, en su galope.
Te
vas, te has ido, furiosa quizá,
de
esta escarcha que me baña de temprano.
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